Siete Picos y Senda de los Herreros
Duración: 6 horas con nieve y hielo
Dificultad: Media, pero la Senda de lo Herreros muy dura y sin senda
Notas: Hay varias fuentes por el camino, y la Senda de los Herreros está casi desaparecida entre la vegetación y es difícil seguirla.
El día 30 de Diciembre de 2006, resacosos después de una comida de Navidad con Santi, Rober, Celso, Josema y Laura, con consecuencias etílicas importantes, (sobre todo para Laura), Celso, Josema y Laura decidieron pegarse un madrugón para ir a la sierra. Escogimos como ruta los Siete picos desde el puerto de Navacerrada, y por no volver por el tradicional Camino Schmid probamos por La senda de los Herreros, que discurre a lo largo de la cara sur de los Siete Picos. Comenzamos en el puerto, pero no pudimos subir al alto del telégrafo porque está vallada toda la zona del telesilla, así que tuvimos que rodear y llegar hasta la pradera de los Siete picos. A partir de ahí todo fue perfecto, la subida al primer pico (que es un pelín dura), el recorrido por los picos siguientes fue fácil, con algo de nieve. Allí arriba nos tomamos el almuerzo y veíamos cómo la niebla subía por la ladera norte, así que nos pusimos en marcha enseguida.
Después de bajar a collado Ventoso cogimos agua en la fuente de los alevines y nos dispusimos a subir hasta el séptimo pico de Siete Picos, y el único que tiene nombre, Najalasna, por la senda de los Alevines. Por el trayecto vimos varias casacadas de hielo muy bonitas, y de hecho el suelo tenía placas de hielo en algunos tramos, con lo que había que estar al tanto de no dar un traspié.
Desde aquí se veía en la Ladera del Infante, que está en las inmediaciones de la Calzada Romana, mucha superficie de árboles enfermos (Celso nos explicó más cosas, pero no nos acordamos). Depués de llegar al pico bajamos a la pradera de Navarrulaque, y a media bajada decidimos comer y tomarnos un descanso. Al fin en la pradera, tomamos el camino de la Pata la Cabra hacia el Este, el comienzo es fácil, paralelo a la pendiente, y termina en la Senda de los Herreros, la cual no es ni senda ni nada, lo único que se ve es algún punto amarillo pintado de vez en cuando y luego ya ni eso, sólo pequeños montículos de piedras. Al principio hay una zona con acebos muy chulos, con sus hojas brillantes. Y entonces empieza la SUBIDA DEL INFIERNO, eso sí, las vistas espectaculares, y no te cruzas ni un alma.
A partir de aquí todo es subir, y todo es atardecer, y es cuando empiezas a pensar en cómo te vas a hacer un refugio para pasar la noche. Al final llegamos a la parte más alta del camino sin ninguna baja en el equipo, y Celso puso la directísima para llegar con luz de vuelta, casi corriendo. Terminamos con un caldito en uno de los bares del puerto (El caldo es de tetra-brik, así que pediros otras cosas, como ganguingos y patas de peces).
Cosas que hemos aprendido ( y casi olvidado ya): lo de las escobas de bruja, que son malformaciones en el crecimiento de las ramas enfermas de un árbol, y que le dan el subsodicho aspecto. Que hay jara pringosa y jara no pringosa ¿que cual es cuál? Pues a simple vista no sabemos, pero es el tacto lo que manda. Que hay unas florecillas amarillas que son venenosas y por eso el pasto no se las come ( el nombre cientifico en otro capítulo). La retama, con lo que antiguamente se hacían las escobas y los tejados, que los animales (no sabemos si todos o solo algunos en concreto), cagan en lo alto de algunas rocas para que se esparza su olor...un sinfin de conocimientos que nos brindó Celso y sin los cuales hoy seríamos peores personas. Nuestra intención es luego divulgarlo a otros neófitos de la materia para impresionarles, pero ya véis que estilo, QUE MEMORIA.
Nota para nosotros mismos: hay que hacer el blog en cuantito se llega de la ruta
Aquí podéis bajaros el archivo de GoogleEarth con la ruta y las fotos en baja resolución donde las hicimos
FE DE ERRATAS: la foto de Laura en Najalasna en realidad está hecha en Collado Ventoso
Dificultad: Media, pero la Senda de lo Herreros muy dura y sin senda
Notas: Hay varias fuentes por el camino, y la Senda de los Herreros está casi desaparecida entre la vegetación y es difícil seguirla.
El día 30 de Diciembre de 2006, resacosos después de una comida de Navidad con Santi, Rober, Celso, Josema y Laura, con consecuencias etílicas importantes, (sobre todo para Laura), Celso, Josema y Laura decidieron pegarse un madrugón para ir a la sierra. Escogimos como ruta los Siete picos desde el puerto de Navacerrada, y por no volver por el tradicional Camino Schmid probamos por La senda de los Herreros, que discurre a lo largo de la cara sur de los Siete Picos. Comenzamos en el puerto, pero no pudimos subir al alto del telégrafo porque está vallada toda la zona del telesilla, así que tuvimos que rodear y llegar hasta la pradera de los Siete picos. A partir de ahí todo fue perfecto, la subida al primer pico (que es un pelín dura), el recorrido por los picos siguientes fue fácil, con algo de nieve. Allí arriba nos tomamos el almuerzo y veíamos cómo la niebla subía por la ladera norte, así que nos pusimos en marcha enseguida.
Después de bajar a collado Ventoso cogimos agua en la fuente de los alevines y nos dispusimos a subir hasta el séptimo pico de Siete Picos, y el único que tiene nombre, Najalasna, por la senda de los Alevines. Por el trayecto vimos varias casacadas de hielo muy bonitas, y de hecho el suelo tenía placas de hielo en algunos tramos, con lo que había que estar al tanto de no dar un traspié.
Desde aquí se veía en la Ladera del Infante, que está en las inmediaciones de la Calzada Romana, mucha superficie de árboles enfermos (Celso nos explicó más cosas, pero no nos acordamos). Depués de llegar al pico bajamos a la pradera de Navarrulaque, y a media bajada decidimos comer y tomarnos un descanso. Al fin en la pradera, tomamos el camino de la Pata la Cabra hacia el Este, el comienzo es fácil, paralelo a la pendiente, y termina en la Senda de los Herreros, la cual no es ni senda ni nada, lo único que se ve es algún punto amarillo pintado de vez en cuando y luego ya ni eso, sólo pequeños montículos de piedras. Al principio hay una zona con acebos muy chulos, con sus hojas brillantes. Y entonces empieza la SUBIDA DEL INFIERNO, eso sí, las vistas espectaculares, y no te cruzas ni un alma.
A partir de aquí todo es subir, y todo es atardecer, y es cuando empiezas a pensar en cómo te vas a hacer un refugio para pasar la noche. Al final llegamos a la parte más alta del camino sin ninguna baja en el equipo, y Celso puso la directísima para llegar con luz de vuelta, casi corriendo. Terminamos con un caldito en uno de los bares del puerto (El caldo es de tetra-brik, así que pediros otras cosas, como ganguingos y patas de peces).
Cosas que hemos aprendido ( y casi olvidado ya): lo de las escobas de bruja, que son malformaciones en el crecimiento de las ramas enfermas de un árbol, y que le dan el subsodicho aspecto. Que hay jara pringosa y jara no pringosa ¿que cual es cuál? Pues a simple vista no sabemos, pero es el tacto lo que manda. Que hay unas florecillas amarillas que son venenosas y por eso el pasto no se las come ( el nombre cientifico en otro capítulo). La retama, con lo que antiguamente se hacían las escobas y los tejados, que los animales (no sabemos si todos o solo algunos en concreto), cagan en lo alto de algunas rocas para que se esparza su olor...un sinfin de conocimientos que nos brindó Celso y sin los cuales hoy seríamos peores personas. Nuestra intención es luego divulgarlo a otros neófitos de la materia para impresionarles, pero ya véis que estilo, QUE MEMORIA.
Nota para nosotros mismos: hay que hacer el blog en cuantito se llega de la ruta
Aquí podéis bajaros el archivo de GoogleEarth con la ruta y las fotos en baja resolución donde las hicimos
FE DE ERRATAS: la foto de Laura en Najalasna en realidad está hecha en Collado Ventoso
Comentarios
me habéis pillado a contrapié. Ya os dejaré algún comentario más extenso. Ahora estoy en casa con la familia y no me puedo extender...
Enfermo con fiebre y con la familia aquí sin poder atenderlos debidamente.
Bueno, comentando vuestro artículo...
Me siento como el abuelo cebolleta con los cachondos de los nietos
(vosotros). Con o sin mis conocimientos seriáis muy malas personas.
Es broma.
Aquel día fue interesante sobre todo cuando veíamos que se nos echaba la noche encima... se nos quitó el resacón de momento.
Por cierto me gustaría saber cómo hacéis para meter las rutas en el google earth.